«Son rumores…», así se podría resumir lo (poco) que se sabe sobre los aspectos y requisitos formales de una traducción jurada. Por eso, no es raro que surjan una y otra vez las mismas preguntas por parte de clientes e incluso de traductores jurados noveles, ya que, por desgracia, en esta disciplina reina la desinformación. Si bien existen unas bases reguladoras para el examen, el nombramiento, la certificación y sello del traductor e intérprete jurado (ver microsite del Ministerio de Asunto Exteriores y de Cooperación, MAEC), estas regulaciones dejan muchas dudas tan simples como recurrentes:
- ¿Debe reproducirse el formato original en la traducción?
- ¿Qué hacer con textos que aparecen en otro idioma para el que no estamos nombrados?
- ¿Y con anotaciones manuscritas?
- ¿Y con logotipos que contienen texto?
- ¿Debe adjuntarse una copia del original? Y, de ser así, ¿grapada, cosida o pegada a la traducción?
- ¿Deben firmar y sellarse todas las hojas, tanto de la traducción como de la copia del original?
- ¿Deben numerarse las hojas de la traducción?
La respuesta a estas y otras preguntas es simple: ¡haz lo que creas correcto! Y es que todos estos aspectos dependen del criterio de cada profesional, por lo que varían de traductor en traductor. Esta circunstancia mantiene vivo el caos en la traducción jurada, muy a pesar de los clientes y los destinatarios de las traducciones juradas, que esperan homogeneidad y uniformidad en un ámbito tan serio.
¿Qué hacer en caso de dudas como éstas? Podemos dirigirnos a la Oficina de Interpretación de Lenguas del MAEC, si bien tiene cierta fama de ser parca en sus respuestas y (escasos) comunicados: (+34) 913791630, interpretes.jurados@maec.es, Red 060 … ¡suerte!
Más útil resultan la recopilación de preguntas frecuentes de Asetrad y este blog de Júramelo, donde ya se han encargado de resolver algunas dudas principales (Apostilla de la Haya, presentación del original, validez en el extranjero de traducciones juradas hechas España, etc.), y seguirán intentando dominar el caos de una disciplina tan necesaria como anárquica.